24/1/12

Los Sinners - Rebelde radioactivo (1964)

Buenas tardes ¿Vieron el quilombo por la ley de mierda esta que quieren aprobar los yanquis? La verdad que yo no sabía mucho hasta hace unos días atrás. Qué boludo este Wirtis dirán ustedes, si hace un montón que se viene hablando del tema. Encima, porque si fueras alguien que nunca entra a la web Wirtis, pero no, tiempo al pedo que tenés lo pasás con el culo aplastado en el monitor; entonces: ¿Cómo mierda no te enteraste? ¿ah? Y yo, soy una persona despistada. Y elitista. Que solo mira lo que le parece importante del mundo, atento a lo que considera válido. Pero claro, el mundo es mucho más que lo que yo concibo como tal. Porque, para mí, el mundo son la música, las letras, los colegios y los míos. En orden ascendente.
Para los otros no sé. Es inconmensurable. Pero están ahí, las miles de maneras de los otros, fluctuando continuamente con mi manera de ver. Antes quería equilibrar con los otros. A veces lo logré. En general, no. Demanda tanto esfuerzo intelectual (hábito al que soy reacio y huidizo) que dejé de escuchar a la gente y me emboté cada vez más y más en un mundo introspectivo y solitario.
No obstante, como todo en esta vida mis hermanos, tiene un lado negativo, oscuro y tedioso: nunca me entero nada de lo que pasa fuera de mí. Tarde me doy cuenta que el mundo se está derrumbando. Esto es lo que me ha pasado. Me acabo de enterar de la ley Sopa. Tal vez digan que Wirtis es un exagerado en presentarla como un derrumbe ¿No? Y capaz que tengan razón. No sé. Lo que yo pienso es que se viene un encuadre legal para cercenar el intercambio libre y democrático de cultura. Solo porque cuatro viejos de mierda están perdiendo plata, nosotros ya no vamos a acceder más a la información. Ni intercambiar libremente. Y esto, bróders, es un derrumbe.
Yo me pregunto: ¿Por qué? Porque pierden plata ¿No les alcanza para mandar a los chicos al colegio? ¿o para comprarles la leche? Hijos de puta. Muchas veces siento el impulso de recurrir a la dinamita redentora. Como Di Giovanni (¿les conté que Wilmer publicó un cuento mío sobre el anarquista? ¿no? Bueno, entonces vayan al blog de la revista LETRASÉRTICA y bajen los números, ahí lo encontrarán. Si es que quieren conocerme más y que seamos mejores amigos, obvio) pero claro, esos tiempos han pasado. Ahora, el enemigo no es tan fácil de ver. Porque está muy lejos de nosotros, en countrys privados y exclusivos. No creo que todos los que viven en barrios privados sean unos oligarcas. No me malinterpreten. Pero la mayoría son unos soretes que se cagan en el prójimo. Encima, mientras más arriba están, peores son.
A mí me interesa que reaccionemos contra esta ley poronga que quieren imponer los yanquis. Si se aprueba se acabó INTERNET como lo conocemos. Bien, para traer la voz de rebeldía elegí a Los Sinners. Una banda mexicana. De la reputísima. Seguro la deben conocer. Este simple (aunque no lo vayan a creer) me lo regaló en vinilo Johnny Caveman (¡great!) y constituye el primer vinilo de garaje que tengo. Si vos tenés el mejor blog de Garagelatino en la web, Wirtis ¿Cómo que no tenías vinilos? No, amigo, no tenía vinilos. Ni siquiera un tocadiscos. Todo lo bajé, gratuitamente de la red, y de la misma manera lo devolví. Para difundirlo y perpetuarlo. Para que la memoria no se pierda. Nunca más. Pero ahora, con esta puta ley SOPA el internet libre y gratuito se va. Defendámoslo, entonces, mis friends. Como hizo Allende allá en Chile. Fight our rights!!
Antes de irme les cuento que Los Sinners fueron uno de los grandes grupos mejicanos de los sesenta y es justamente este simple el que les da un lugar en la cúspide garagera mundial: Rebelde Radioactivo, pedazo de pieza garagera y salvaje que fue la banda sonora de Simón del desierto de Luis Buñuel (did you know this guy? He made a lot of surrelism films) Entre sus integrantes estuvieron Olaf de la Barreda y Fito de la Parra que , a la postre, serían integrantes de Canned Head. Bueno bróders, les dejo esta perla que me regaló Johnny (por supuesto que comparto todo, y sin ganar un mango fucking yankis) para que lo difundan por la web e inundemos la red con nuestra rebeldía contra la ley SOPA. Saludos.

14/1/12

Roberto Carlos - Vivo en Mau Mau (1970)

Hola, hoy vengo, después del fuzz y la sicodelia lisérgica de Loyce e Os Gnomos, con algo de la misma procedencia. Sí señores, giving you the finger, otra vez los brasucas. Pero es que es impresionante toda la producción garagera que hay del Brasil. Si además, generalizamos, y vemos la cantidad y calidad en lengua portuguesa el número es impresionante. Por eso no me canso de revisar su música. Tantas sorpresas, curiosidades y genialidades. Otras no tanto. Por lo menos a mi gusto. Pero como soy una construcción subjetiva fundada en meros esquemas traspuestos por los progenitores, no tienen por qué tomarme en serio ¿Verdad? Además, soy un pajuerano.
Bueno hermanos, hoy les seleccioné, como les decía, algo ajeno al fuzz y la caverna. Presento una obra que para mí es una delicia: Roberto Carlos en vivo en Mau Mau. De 1970. Vamos a contextualizar un poco bróders, así ustedes pueden configurar una perspectiva acertada de lo que digo. Por supuesto que no como yo, claro. Pero eso no importa. Mau Mau fue un boliche, una boite, como le dice mi viejo; muy famoso y exclusivo de Argentina. Estuvo abierto desde el ´64 hasta el ´94. Por allí pasó la farándula más gloriosa hasta la más patética y detestable. Así también golpistas hijos de puta como Galimberti, Massera, Firmenich y Videla. Sí, lo único importante era entrar a Mau Mau para pertenecer al jet set. Por otro lado el boliche se convirtió, en los sesenta y primeros setentas; en una poderosa vidriera y norte cultural y social. Así, los artistas que venían a actuar al país, sí o sí, hacían una presentación en Mau Mau. Edith Piaf, Charles Aznavour, Johnny Hallyday y, obvio, Roberto Carlos. Ahora bien, alguno, los más grosos, eran grabados y editados por el boliche (anticipando en décadas lo que después explotaría la puta MTV). Nuestro amigo brasuca fue uno de los pocos uno de esos pocos.
Ese es el material que les ofrezco hoy. Raro y extravagante. Glamoroso y sicodélico. Un unplugged con mucha lisergia y Baccardi. Sí señor.
Para mí, Vivo en Mau Mau, cierra, de manera acertada y gloriosa, la etapa del Roberto Carlos rockero aunque sea tranqui, lento, resuena un teclado hipnótico y ácido que despide al mejor Roberto Carlos. Ahora bien, el disco es una belleza de principio a fin, para que escuchen esta noche mientras besan a sus chicas y beben un trago. Ahí, con las patitas en la pile y el porro en la boca. Sí señor. Porque estamos en verano. Y cómo duele el verano en Mendoza: que ni una puta gota cae. Luego, las bebidas de malta, bien frías y de producción provincial. La noche clara, estrellada. Sin aire pero con onda. No da para salir porque es sábado y anoche la rockemamos con los vagos; entonces, qué mejor opción de tomar la cintura de tu chica – esas curvas que conocés pero te siguen tentando a la cama – y decirle “Nena, eres bella” Y dejar caer la púa en el longplay de Roberto Carlos. De inmediato Amada amante, La enamorada de un amigo mío o Yo daría mi viva, entre otras; los invitarán a sentarse al borde de la pile, fumarse un guayro y hacer el amor. Así es amigos. Hoy quiero que tengan un sábado apasionado y en amor. Como deberían ser todos los días de vuestras vidas. Ok, broders, péguenle una escuchada, disfruten de este hermoso disco, grabado en vivo, hace mucho tiempo, en uno de los lugares más legendarios que supo adornar la noñe porteña y la escena nacional. De Brasil a la Argentina: Roberto Carlos. Chau.